Boca salió a jugar una final y lo demostró desde el primer minuto. Jugó fuerte pero sin violencia, toques cortos y rápidos, voluntad y sacrificioen la marca, y despliegue de los volantes para lograr generar juego y llegar al área con peligro. La sumatoria de méritos lo pusieron a Boca en lo más alto de la Copa Argentina. El triunfo fue consistente y tuvo varios motivos para argumentar el 2 a 1 que sepultó el pitazo final. El equipo de Falcioni es el nuevo campeón y el justo ganador del clásico final que se generó en la provincia de San Juan.
En el primer tiempo, Boca se mostró rápido para adaptarse al ritmo vertiginoso que presentaba el partido. Chávez y Erviti se alternaron como generadores de juego y se mostraron para tocar y buscar al mejor ubicado en el esquema de ataque. Schiavi intentó constantemente ordenar la defensa para evitar huecos y piques peligrosos generados por el conjunto de Zubeldía. Adelante el uruguayo Silva fue quién se llevó los flashes cuando a los 21 minutos aprovechó un gran pelotazo de Ustari y un posterior error de la defensa de Racing, para sacudir el marcador y poner el 1 a 0 en la noche cuyana.
En el complementó el Xeneize convirtió rápido y puso el 2 a 0 a los 17 minutos. Fue Viatri el hombre que marcó la diferencia con un zurdazo al palo derecho de Saja. La tranquilidad parecía llegar para el equipo del Emperador pero Viola aprovechó que la pelota quedó picando cerca del área después de un centro, y descontó para la “Academia”. Después del gol, el partido fue todo de Boca. Llegó de la mano de Sánchez Miño, la picardía de Viatri y el buen juego de Chávez. Boca lo ganó y se consagró como campeón. Mereció el triunfo y el festejo. Una estrella más para la historia y una alegría para disfrutar.
Fuente: CABJ
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